jueves, 11 de diciembre de 2008

¿VIVIMOS EN UNA CIUDAD DE LA INFORMACIÓN O DEL CONOCIMIENTO?

UNA NUEVA EDUCACIÓN PARA LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.

En los últimos veinte años la humanidad ha generado de una manera asombrosa más conocimiento que en toda su historia anterior, haciendo que poco a poco muchos de estos conocimientos que se suponían plenamente establecidos vayan perdiendo valor.
Todas estas nuevas tecnologías han creado hoy en día una asombrosa revolución científica tecnológica, produciéndose de la mano de ellas una sorprendente migración digital, la cual ha generado cambios trascendentales en todos los ámbitos de la sociedad. Esta migración sin lugar a dudas afecta al imaginario tecnológico, al mercado cultural, al lenguaje, a las nuevas formas de vivir e interactuar en nuestro tiempo y espacio y por ende repercute en las nuevas conductas que adoptan los individuos.

De la mano de ésta revolución tecnológica ha surgido una nueva economía: la economía del conocimiento, la cual nos ha llevado a tomar este conocimiento como un nuevo valor agregado en los procesos de producción y desarrollo del capitalismo actual, convirtiéndose este así en un pilar fundamental para entender los actuales cambios por los que atraviesa la sociedad.

Esta nueva economía del conocimiento repercute sin lugar a dudas en todas las formas de la vida social, especialmente en los sistemas educativos, en los de de ciencia y tecnología. “La educación y la formación serán, más que nunca, los principales vectores de identificación, pertinencia y promoción social. A través de la educación y la formación, adquiridas en el sistema educativo institucional, en la empresa, o de una manera más informal, los individuos serán dueños de su destino y garantizarán su desarrollo¨ (Comisión Europea, 1995:16).
Dichas afirmaciones enfatizan en la gran importancia de proporcionar a todos los individuos oportunidades que le permitan desarrollarse plenamente para así conseguir un trabajo digno y productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana.
Cabe recordar que hoy en día, los países industrializados fundamentan su economía en la producción de información y conocimiento, impulsando así, cada vez más su crecimiento económico mediado por la tecnología, la innovación y la creatividad.

Ante esta realidad, surge el concepto sociedad del conocimiento, el cual se refiere a la aceleración sin precedente del ritmo de creación, acumulación, distribución y depreciación del conocimiento, basada en el uso crítico, racional y reflexivo de la información global y distribuida (Gisbert, 2002,12).

Las sociedades del conocimiento se caracterizan por una acelerada acumulación de la información, por la introducción de nuevos modelos de producción, por la creciente inversión del capital intangible, por la revolución digital que ha generado, colocando a la innovación como el motor del crecimiento económico. Cada vez más se crean nuevos instrumentos para archivar, procesar, producir, transmitir y utilizar el conocimiento con miras de transformar las economías.

Este crecimiento económico está directamente relacionado con la productividad y por ende con la educación y capacitación de cada uno de los individuos ya que es a partir de la formación y capacidad de innovación y emprendimiento de cada persona que pueden generarse y transformarse el conocimiento.
Vemos como este acelerado proceso a un nuevo espacio, el espacio digital amenaza con un analfabetismo ante el uso exagerado de las nuevas tecnologías y los nuevos lenguajes multimedia, pues estos crean nuevas formas de comunicación y novedosos medios de información que ha hecho que se originen nuevas formas de organización en los aspectos económico, político, social y cultural.
Ante esta situación el sistema educativo de hoy en día debe cumplir con la gran reto de responder a las nuevas exigencias que le demanda la sociedad del conocimiento como son, atender a la formación a lo largo de la vida, formar individuos críticos y adaptables frente a las nuevas formas de organización económica, política, social, cultural e ideológica, prepararse para un futuro incierto con nuevas fuentes de conocimiento y espacios de aprendizaje, desarrollar competencias que le permitan usar eficazmente la información, organizarse en un espacio donde la información se transforme en conocimiento, asumiendo las redes como una de las nuevas formas de expresar nuestros pensamientos y fomentar la creatividad.

Pues es evidente que aunque las sociedades del conocimiento abran espacios de interacción con la información, el escaso desarrollo económico y político de muchos de los países impide el libre acceso al conocimiento, generando una gran brecha digital y un atraso en todos los aspectos de la vida social.
Es por eso que la sociedad del conocimiento requiere de una serie de estrategias tanto políticas como económicas que garanticen la educación, formación y aprendizaje a lo largo de toda la vida, demanda para ello una restructuración del sistema educativo, científico y tecnológico con miras a generar cambios trascendentales en los procesos educativos.

Dentro de estos cambios trascendentales, la escuela juega un importante papel, ya que es una de las principales fuentes generadoras de conocimiento, es una institución que suministra formación a una gran mayoría de personas y a lo largo de la vida, por tal motivo deberá replantear sus currículos, diseñando dinámicas pedagógicas creativas e innovadoras, capacitando a los docentes en la implementación de modelos interactivos de enseñanza y aprendizaje, con el fin de que se convierta en un espacio participativo y activo que defienda la libertad de información y promueva críticamente un cambio cultural, con el fin de contribuir a responder adecuadamente al desafío formativo que le plantea hoy en día la sociedad del conocimiento.

Pero debemos tener presente que en ésta formación no sólo el docente y la escuela como tal deben cambiar y actuar, también es fundamental el papel que juegan la familia, el entorno cultural y social. De ahí que el Estado, la familia, la escuela y la sociedad en general deben ser conscientes de la nueva era virtual por la que atraviesa el mundo con el fin de que replanteen sus políticas, sus estilos de vida y puedan trabajar mancomunadamente para que en un futuro se creen verdaderas ciudades del conocimiento, donde el crecimiento económico se dé como resultado de la innovación y la creatividad, fomentando la investigación científica y tecnológica pues ésta, acompañada de un integral desarrollo humano deben constituirse una prioridad tanto de cada individuo como de toda la sociedad.

En conclusión el gran reto que tenemos hoy en día ante ese nuevo paradigma llamado “sociedad del conocimiento” está encaminado en que todos logremos cambiar por dentro y desde adentro, en buscar nuevas formas de aprovechar los espacios educativos, en convertir a todas las instituciones en poderosos entornos que desarrollen el gusto por aprender y las capacidades para apropiar, transformar y generar cada día más conocimiento.
La escuela tiene la gran función de convertirse en un lugar de alfabetización digital, de formación continua, donde además de generar y transformar información se contribuya al desarrollo humano y la autonomía, mejorando así la práctica de los derechos universales y las libertades fundamentales con miras a luchar con las desigualdades cognitivas y con la pobreza.
¿CUAL DEBE SER EL VERDADERO SENTIDO DE LA EDUCACIÓN?

“El hombre llega a ser hombre exclusivamente por la educación; es lo que la educación hace de él”. Pero las dos artes más difíciles son, precisamente “el arte de gobernar a los hombres y el de educarlos”
Inmanuel Kant

Estas palabras que aparecen pronunciadas por uno de los pensadores más influyentes de la Europa moderna y del último periodo de la ilustración como fue el filósofo Alemán Inmanuel Kant en su libro el tratado de la pedagogía (1803) han generado grandes aportes y reflexiones en torno al conocimiento humano.
Hoy en día vemos como la educación del hombre a través de los años ha dependido del momento histórico por el que atraviesa cada país y de unos intereses económicos y sociales que conllevan a unas concepciones diferentes de hombre, de cultura y de educación.
Esta a su vez, se ha convertido según lo afirmaba Kant, como el problema más grande que pueda plantearse el ser humano, ya que de ella depende el alcance de la realización plena de cada individuo, el interés por brindar al hombre una formación moral con fines universales basados en principios y en el fortalecimiento de la autonomía humana.

Vemos como a lo largo de la historia y en permanente confrontación con la realidad, nuestra sociedad ha avanzado y tomado nuevos saberes y experiencias, ha creado ciencia y ha motivado el desarrollo de valores, normas y diversas formas de vida. Es por eso que durante años, mucho se ha discutido y planteado en relación con la forma de educar, surgiendo así diferentes enfoques, tendencias y modelos pedagógicos que intentan de una u otra forma orientar “de la manera más adecuada” el proceso de enseñanza por parte de los docentes y aprendizaje de cada uno de los estudiantes.

Durante mucho tiempo se consideró al alumno como un agente pasivo con relación al conocimiento, ya que este sólo lo poseía y transmitía el docente. El aprendizaje era adquirido por simple repetición y memorización, en donde los contenidos se basaban en verdades únicas alejadas de las experiencias del alumno y de las realidades sociales en las cuales estaban inmersos. En este “modelo de transmisión” ( Aparicio,J y Rodríguez Moneo,M.2004) correspondiente a la educación tradicional la disciplina y el poder era el medio más eficaz para educar, relegando por completo la participación activa del estudiante.

Pero con el paso de los años, el hombre ha querido de una u otra forma denunciar y cambiar los vicios de la educación tradicional: pasividad, superficialidad, enciclopedismo, magistrocentrismo, por nuevos modelos pedagógicos que permitan el pleno desarrollo del individuo, donde prime la libertad del niño frente al educador y a la escuela, donde se le faciliten al estudiante los medios y los recursos para un sano crecimiento y desarrollo, donde su aprendizaje sea agradable y contribuya a un bienestar físico emocional y social, donde el estudiante sea el centro del proceso educativo, dándole prioridad ante todo a sus pensamientos, a su razón, con el fin de que permita desarrollar en el él una cultura crítica y de reflexión sobre sí mismo y sobre su entorno para que contribuya así a la transformación de la sociedad.

Pues como afirma el pedagogo Giovanni Pestalozzi “No hay aprendizaje que valga nada si desanima o roba la alegría.”, ya que la esencia de una buena educación debe estar alimentada de una actitud gozosa del niño, de una relación maestro – alumno fortalecida por lazos afectivos, gratificantes, por relaciones interpersonales constructivas que conduzcan a la adquisición de la seguridad y la confianza necesaria para la vida futura del niño.

Ahora bien, si retomamos lo expuesto sobre la mejor forma de educar al estudiante y lo llevamos a nuestra realidad, nos damos cuenta que a pesar de que se ha estructurado y avanzado mucho en el quehacer pedagógico, todavía existen secuelas de esta educación tradicional, se evidencian currículos descontextualizados de la situación real de los estudiantes, vemos que en muchas escuelas prevalece aún la autoridad del docente, al ser él quien decide cómo, cuándo y qué va a enseñar sin importar las necesidades e intereses de los alumnos, la evaluación continúa utilizándose estrictamente como un mecanismo de control del rendimiento académico de los estudiantes, mediante la realización de pruebas y exámenes: “evaluación sumativa” (Hernández, Sancho.1993 pág. 197).en general se ha pretendido disfrazar la labor pedagógica tomando conceptos y teorías erradas que terminan finalmente en una repetición y acomodación de conductas que poco favorecen al desarrollo integral del individuo.

En el mundo educativo actual es cada vez más amplia la gama de enfoques curriculares que se aplican en cada una de las instituciones, con el fin de que cada uno de ellos pueda proporcionarle al docente una mayor riqueza de opciones en función del desarrollo de los estudiantes. Pero el problema radica en que no todos cuentan con un marco teórico explícito, sino que se fundamentan en una práctica reiterada, poco evaluada, que no les permite reflexionar sobre lo que verdaderamente se está haciendo, que es educar. Pues la educación verdadera según Freire es praxis, reflexión y acción del hombre sobre el mundo para transformarlo.

Es preocupante el panorama por el que atraviesa hoy en día la educación, ya que si analizamos todo lo anterior, nos damos cuenta que ésta lamentablemente ha cumplido con la tarea de guardar y transmitir conocimiento, pero muy pocas veces se ha preocupado verdaderamente por enriquecerlo, transformarlo y construirlo.
La educación no debe ser un “ensacar” ni un “comprimir” datos en la memoria, sino el arte de hacer germinar las semillas interiores, que se desarrollan, no por incubación, sino cuando se estimulan con oportunas experiencias, suficientemente variadas, ricas y sentidas como siempre nuevas, incluso por quien las enseña.” (Abbagnano, Visalberghi, 1969, p.305)

Es por eso necesario tener en cuenta que hoy en día ante el acelerado desarrollo tecnológico y científico en el que se encuentra el mundo en general, la educación más que nunca debe pedir a gritos un cambio radical. Pues es evidente que en ésta nueva era globalizada, el conocimiento, la información rápida y por ende la educación juegan un papel central. De ahí que una sociedad moderna y sus instituciones no pueden vivir de espaldas a ésta realidad. Ante este panorama se hace indispensable replantear el sentido que tiene la educación tanto en el desarrollo del individuo como en el desarrollo de la sociedad.
Por tal motivo, hoy en día la educación debe tener una nueva misión centrada en el desarrollo humano, en las relaciones del hombre con sus semejantes y con su medio, donde se le permita al estudiante pensar y actuar críticamente ante las situaciones de la vida diaria. ( Vigostky 1968)

De ahí que las escuelas, colegios y universidades se deben convertir en un espacio privilegiado para la práctica de la libertad, para el desarrollo de la humanidad, donde se promueva la cooperación, el bien común, la formación de la opinión pública, otorgándoseles la misión de ser forjadoras de hombres y de comunidades.
La finalidad de la educación debe apuntar al desarrollo de un enfoque humanista, cimentado en valores que permita fortalecer la sociedad civil con el fin de contribuir a la construcción del sentido de lo público, de la existencia de una cultura democrática, una cultura que admita la disidencia, que defienda y ampare la autonomía del pensamiento, que prepare e incite a los ciudadanos para la deliberación en la toma de decisiones públicas y rechace toda imposición.
En palabras de Freire la escuela debe ser ante todo un proyecto ético y un acto democrático liberador. La educación es un proceso afectivo, social dotado de experiencia y solidaridad que posibilita el desarrollo de la autonomía del aprendizaje.

De ahí radica la gran importancia de brindar una educación signada éticamente por valores, que defienda el conocimiento como un bien social y no como un patrimonio personal, una educación que nos permita conocer, aplicar y construir ese conocimiento ,una educación que propenda por la inclusión y no por la formación de élites y la discriminación, una educación que respete los derechos y las opiniones de los demás, que nos motive a desarrollar un sentido deliberativo, una pedagogía de la comunicación y de la participación.

Educar es una tarea que debe involucrar a todos los miembros de la sociedad, ya que cada uno de ellos tiene un rol diferente que cumplir en éste proceso. Son los estudiantes, los profesores, los directivos, la familia y el estado como seres humanos dotados de sueños, ideas, deseos y necesidades los que se deben comprometer con formar íntegramente los ciudadanos del futuro con el fin construir una sociedad más justa, más equitativa donde reine la alegría y la paz.
Sin embargo es fundamental resaltar, que de nada sirve conocer, indagar e implementar los mejores modelos pedagógicos para darle un buen sentido a la educación, si no nos comprometemos conscientemente y de corazón con labor de educar, si no reflexionamos de nuestro papel como orientadores y formadores de personas, si no removemos en cada uno de nosotros ese sentido de pertenencia y amor por la enseñanza, por los niños y por nuestra patria.

Se hace entonces necesario reflexionar por un momento sobre el papel que nosotros como docentes estamos realizando en la educación, si seguimos aplicando métodos tradicionales, memorísticos y pocos constructivos que en vez de contribuir a formar están llevando a deformar la humanidad, o por el contrario estamos siendo agentes cultivadores de mentalidades abiertas, críticas, libres, autónomas, dados a la investigación con miras a generar cambios positivos y trascendentales en nuestra sociedad.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Así quiero a mi profe....



 Que se dé cuenta que todos somos distintos, pero cada uno tiene algo bueno

 ¡Chévere que crea que si soy capaz de aprender!

 Que no sea monóootono, que invente juegos, experimento, paseos……

 Que no me grite

 Me gusta cundo muestra mis trabajos

 ¡Súper que exija pero que también cumpla!

 Que si me equivoco no me haga sentir mal con los otros

 Que entienda que uno es joven

 Que se ría, que corrija los errores con buen humor

martes, 2 de diciembre de 2008

LA ESCUELA ACTIVA EN COLOMBIA, SUS INICIOS, CARACTERISTICAS Y OBSTACULOS

Inicios de la Escuela Activa en Colombia
“Educar antes que instruir”
Agustín Nieto Caballero.

Estás palabras que aparecen pronunciadas por uno de los más grandes precursores de la Escuela Nueva en Colombia fueron escritas por Agustín Nieto Caballero, un destacado pedagogo colombiano intelectual que marcó un trascendental camino en las prácticas pedagógicas y culturales, ya que fue él quien por primera vez impulsó la Escuela Nueva en nuestro país y en parte en América latina en la segunda década del Siglo XX.

Este joven bogotano de formación Europea tuvo gran influencia de las teorías pedagógicas y educativas de María Montessori, Ovide Decroly y Giovanni Pestalozzi adquiriendo así un extenso conocimiento sobre las nuevas corrientes pedagógicas que transitaban por todo el viejo continente y Norteamérica.
Cabe resaltar que la Escuela Activa o Nueva surge inicialmente en Europa de la labor que en éste campo realizo Juan Jacobo Rousseau al pensar en la educación como una forma de acercar al niño a las realidades naturales y materiales del entorno físico y del nuevo panorama industrializado que se presentaba en las ciudades europeas. Cómo discípulo de Rousseau, Pestalozzi acoge sus planteamientos dándole continuidad al reconocimiento del niño como centro activo del proceso educativo y no como objeto pasivo del conocimiento que el maestro impartía. Es así como desde la Escuela Activa se empezaron a desarrollar programas curriculares en donde se intentaba acercar al niño al entorno político, económico y social de su realidad. De esta manera países como Londres, Francia, Ginebra y algunas ciudades de Alemania se hicieron centro de investigación y de motivación de la Escuela Activa para todo el mundo.
Ante esta situación, Agustín Nieto Caballero en la primera mitad del siglo XX viaja a Ginebra, con el fin de educarse allí en las nuevas pedagogías relacionadas con la Escuela Nueva, para posteriormente regresar Colombia a implantar los nuevos conocimientos adquiridos. Estos conocimientos adaptados a la realidad y la cultura de su país le permitieron inspirarse en 1914 en la creación del Gimnasio Moderno, el cual fue considerado como la primera Escuela Nueva en Sudamérica.
Su proyecto de escuela se basaba en la de un gimnasio para el cuerpo y el espíritu, en la cual se buscaba formar hábitos para desenvolverse en la vida, una escuela donde fuera posible formar un tipo de hombre capaz de amar, de comprender, de respetarse y respetar a los demás, ya que para él la esencia de una buena educación era fomentar el amor por el estudio, donde la actitud gozosa del estudiante fortalecida por lazos afectivos gratificantes, por relaciones interpersonales constructivas permitieran adquirir la seguridad y confianza necesaria para la vida futura del niño.
Nieto Caballero criticó radicalmente la filosofía de la escuela tradicional, manifestándose en contra de la utilización de castigos corporales, es por esto que introdujo un método basado en las experiencias cotidianas, en las excursiones de campo, en la interacción directa con la naturaleza, en el desarrollo de trabajos manuales que contribuyeran al fortalecimiento de la confianza, echando abajo los modelos de la educación tradicional y rígida, lo cual lo llevó a consolidarse como un educador con un pensamiento avanzado.
Adoptando los postulados pedagógicos europeos, Nieto Caballero orientó el Gimnasio Moderno con la misión de formar integralmente a sus alumnos teniendo como lema: “No sólo instruir sino también educar” , es decir que se debía moldear el carácter de los estudiantes, siendo cultivadores de mentalidades abiertas, críticas, libres y autónomas con miras a generar cambios positivos y trascendentales en nuestra sociedad. A la vez, el Moderno a la vanguardia de don Agustín se propuso como meta educar ciudadanos que fueran capaces de regir a la patria y fomentar del desarrollo de la cultura propia, vinculándolos a su realidad social a través de la interacción y el contacto con las diferentes regiones del país.
Todas estas propuestas adelantadas por Nieto Caballero motivaron de una u otra forma el interés nacional por mejorar la calidad de la educación, por tal motivo el Gimnasio Moderno a mediados del siglo XX fue reconocido como la cuna de la escuela nueva en América Latina y como el principal difusor de sus ideales. Dicho reconocimiento llevó a don Agustín a convertirse en uno de los más grandes reformistas educativos y a ocupar un importante lugar en el campo de la pedagogía en relación con los países europeos.
Sin lugar a duda, el apogeo de Nieto Caballero promovió la vinculación de varios pensadores a reformar el sistema educativo ya que uno de de los propósitos fundamentales era renovar la preparación de los docentes con nuevas corrientes pedagógicas con el fin de darle una mirada diferente al proceso de educar.
Nieto Caballero además favoreció la venida del célebre pedagogo ginebrino Ovidio Decroly a nuestro país. Este acontecimiento permitió que en medio de un inestable clima político y de unas políticas estatales poco duraderas en materia educativa, se accediera por medio de iniciativas privadas a introducir estrategias de educación innovadora y alejada de las veleidades políticas que se contraponían a diario.
Pero esta introducción de un nuevo proyecto pedagógico no sería del todo una tarea fácil para la burguesía revolucionaria, ya que sus planteamientos chocarían de una u otra forma con los obstáculos impuestos por las concepciones y mentalidades tradicionalistas.
Era evidente que este proyecto modernizante en la pedagogía concordaría con una serie de fenómenos tanto nacionales como internacionales que afectarían de alguna manera la implantación total de estos pensamientos. Algunos de estos fenómenos a nivel internacional se basaban en el fortalecimiento del capital monopólico, la concentración bancaria y financiera, la exportación de capitales y recursos y la distribución del mundo entre las grandes potencias, en otras palabras la sumersión de nuestro país en unas políticas de capitalismo y dominación.
Pero es en medio de esta dura situación que se plantea con más fuerza la necesidad de reorganizar el sistema educativo, que enfrentando a todos los obstáculos pudiera facilitar el acceso al progreso y a la modernización
Es así como el surgimiento de una pedagogía activa en Colombia fue como un respiro en medio de esa gran invasión de la pedagogía católica, este proceso fue lento y costoso pues el construir su propia pedagogía, significaba luchar contra un discurso homogéneo, dogmático, cerrado e institucionalizado en las prácticas cotidianas de la sociedad civil.
De esta manera y poco a poco los postulados de la escuela activa fueron cogiendo fuerza, y se fueron sustentando cada vez más en los avances científicos de las ciencias naturales, sin dejar a un lado la sicología experimental que se desarrollaba en Europa y Estados Unidos de forma acelerada. Las ciencias experimentales y los discursos modernos de la pedagogía apuntaban hacia una enseñanza práctica, ya que lo que buscaba el estado en las primeras décadas del siglo XXI era la formación de un hombre productivo, amante del trabajo, útil y saludable que respondiera a las necesidades de su país.
Es por eso que la educación activa entraba ahora a jugar el papel de transformadora de una sociedad constituida por una raza débil y perdida, era necesario vincular la educación a unos procesos de cambio social, revisando y corrigiendo los métodos de una enseñanza tradicional basada en el verbalismo y la menoría. Los nuevos métodos tendrían que ser concretos, buscar el desarrollo del la curiosidad, la inteligencia y la reflexión.
Fue así como los principios de la escuela activa que se impartían en Europa, fueron introduciéndose precipitadamente en Colombia mediante la apropiación de las ideas y pensamientos de los teóricos Europeos de la Escuela Activa: Ovidio Decroly, Eduard Claparéde, Alfred Binet y Jhon Dewey entre otros. Estos pedagogos y psicólogos orientaron y motivaron el pensamiento de algunos pedagogos colombianos como Rafael Bernal, Felipe Lleras Camargo, Gabriel Anzola Gómez y principalmente Agustín Nieto Caballero quien fue su máximo representante.
La idea fundamental de la creación de la Escuela Nueva en Colombia se traducía en enseñar a pensar a los estudiantes, en despertar en ellos su inteligencia y sus capacidades con el fin de hacerlos conscientes y libres de sus actuaciones. Una escuela de vida, de alegría, de libertad. Cómo decía Nieto Caballero “la escuela activa, quiere estar dentro de la vida, es una escuela que busca constantemente oportunidades de trabajo para los alumnos, y la paulatina adquisición de hábitos, no sólo de nociones”
Para él, la alegría que se vivía dentro de un aula, era suficiente para educar, pues no concebía un aprendizaje rígido lejos de las experiencias y gratificaciones del alumno. Ante esta situación se hace indispensable pensar en el papel de los maestros, “lo que el maestro sea, esto será la escuela” decía Agustín Nieto Caballero. A la vez enfatizaba que la mayoría de los problemas por los que atravesaba la educación dependían en cierta forma de la manera de pensar y ver la vida los maestros, ya que ellos eran los que formaban las mentalidades de los estudiantes. De ahí que para que la aplicación de la Escuela Nueva diera buenos resultados, se debía primero formar a los maestros en valores y principios, pues su tarea era la de transformar y auxiliar el libre y espontáneo desarrollo del alumno.
Por otro lado, cabe resaltar que la filiación política liberal que tenía Agustín Nieto Caballero, unida al acontecimiento que en el año de 1930 dicho partido había recuperado el poder, le permitió una mayor libertad para presentar y aplicar a la práctica el pensamiento pedagógico de John Dewey. Esta fecha marca de cierta forma un segundo periodo en su historia (1932-1973), Surgen así en las ideas de Nieto una re-conceptualización de conceptos basados en los centros de interés y en el activo desarrollo del carácter social de la educación.
Es así como los planteamientos tomados anteriormente por Nieto, son replanteados en alguna medida por los postulados de John Dewey quien concebía la educación como un profundo conocimiento sicológico de las posibilidades y hábitos de los niños. El concepto de escuela para él lo traducía en despertar en el niño desde las aulas el interés por las actividades manuales, no como una materia más sino como una vivencia gratificante en el desarrollo de la misma. Según Dewey la escuela es la base del progreso de la sociedad, y el desarrollo de la educación general es el primero de los deberes sociales de la comunidad.

Características de la Escuela Nueva

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la escuela nueva se fue incorporando poco a poco en las esferas de la educación colombiana, tanto en los colegios privados como en las escuelas públicas. Esta modelo de escuela se fundamentó en la actividad de aprender por el propio trabajo y de laborar en comunidad. Aquí el niño contribuye a su propia formación tanto intelectual como manual, su finalidad es enseñar al niño a que aprenda por sí mismo, a que se pueda desenvolver más tarde con plena eficacia en su medio social.
La escuela activa muestra un considerable avance en tanto que favorece la enseñanza y reivindica la dimensión socio-afectiva. Por primera vez el niño lo contempla la escuela como un ser con derechos, con capacidades e intereses propios. La escuela se constituye así en un espacio más agradable para el niño donde el juego y la palabra son remplazados por la disciplina de la vara y de la sangre. En éste tipo de escuela se contribuye a la formación de conceptos cotidianos promoviendo un aprendizaje activo y un fortalecimiento de la relación escuela-comunidad adaptado a las condiciones y necesidades de la vida.
Ante este panorama, el estado ve la necesidad de ampliar y llevar a todas los sectores los principios de la Escuela Nueva. Es por esto que en la década de los setenta se implanta en las zonas rurales este modelo pedagógico con el fin de dar respuesta a las necesidades educativas por las que atravesaban los niños de primaria del país. Es precisamente en esta fecha cuando empieza a evidenciarse que en el campo se debían educar a los niños para que se desenvolvieran por si solos en su entorno natural, ya que se observaba que cada vez eran menos los niños matriculados por grado y más difícil tener un solo profesor para cada curso.
De ahí que la escuela nueva evoluciona desde una creación local y departamental a mediados del siglo 70, hasta llegar a convertirse en los años 80 en una política nacional, al introducirse en todas las escuelas rurales del país. A la vez muchas de sus estrategias pedagógicas se han incorporado en algunas escuelas urbano- marginales y en la básica secundaria rural, las cuales han contribuido a desarrollar proyectos educativos institucionales. En general esta modalidad educativa ha inspirado la nueva Ley General de educación y varias reformas educacionales a nivel mundial.
La idea fundamental de la Escuela Nueva se centra entonces en iniciar un cambio de aprendizaje con el fin de mejorar la efectividad y la calidad de las escuelas rurales. Surge, entonces la figura de un maestro multigrado, que se ocuparía de atender varios grados al mismo tiempo, pero a pesar de esto, esta nueva situación no garantizaba la calidad y eficiencia de la educación que recibían los niños.
Ante esta realidad, un grupo de pedagogos de la Universidad de Pamplona, tomando como referencia los planteamientos de la escuela activa, se vieron en la tarea de elaborar unas guías con el fin de que los niños que iban adelantados en su proceso de lectoescritura, pudieran tener una forma de aprendizaje autónomo mediante el diseño de una serie de actividades didácticas. Esto con el fin de que el maestro pudiera dedicarles más tiempo a aquellos niños que no sabían leer y escribir.
Así la educación impartida se basaba en un aprendizaje activo, participativo y cooperativo centrado básicamente en los estudiantes, con un currículo especial en relación con la vida diaria de los niños, con un calendario y sistema de evaluación y promoción flexibles, con un nuevo concepto de textos o guías, con un mayor acercamiento e interacción con la comunidad, con un énfasis en la formación de actitudes y valores democráticos, con una adecuada formación docente, en donde el maestro adquiría un nuevo rol: el de facilitador y mediador del aprendizaje de los niños.
Con el fin de darle a los niños de las zonas rurales una educación de calidad, la Escuela Nueva fue sistematizada en torno a cuatro aspectos: curricular, capacitación, administrativo y comunitario, los cuales al interactuar entre sí le dan coherencia y factibilidad a éste nuevo modelo.
En su componente curricular, el modelo de escuela activa exige el trabajo en grupo y la utilización de guías, las cuales son entregadas por el estado gratuitamente. Dichas guías están organizadas por áreas y por niveles y están diseñadas de tal forma que los alumnos puedan trabajar en gran medida solos, esto con el fin de que los alumnos avancen a su propio ritmo.
Ahora bien en relación con el componente de capacitación, se hace indispensable que el maestro reciba al igual que los alumnos una instrucción a través de talleres secuenciados donde se reúnen a compartir opiniones y analizar sus desempeños en espacios denominados “Microcentros”, con el fin de que se conviertan en facilitadores de sus alumnos, es por esto que el cambio actitudinal, pedagógico y social ocupan un lugar central en la formación de los docentes.
El aspecto administrativo es tal vez el menos abordado dentro de la Escuela Nueva. Este se ha encargado básicamente en coordinar y diseñar las políticas y las estrategias técnicas y evaluar la implementación del programa a través de comités representativos, coordinadores y multiplicadores.
Y finalmente el componente comunitario hace alusión a la integración de los padres de familia y de la comunidad promoviendo acciones orientadas al desarrollo local y al mejoramiento de las condiciones de vida de la población. A través de diversas maneras se busca incorporar a los padres de familia a las actividades de aprendizaje de los hijos con el fin de fomentar en los niños un mayor interés por la vida y el conocimiento de sus padres. De la misma manera las actividades culturales, recreativas y los espacios escolares están continuamente abiertos a la participación comunitaria.
Todas estas características que recoge el programa de Escuela Nueva en cada uno de sus componentes nos da una visión de cambio en el ámbito educativo rural, nos permite proyectar la educación bajo otras condiciones, nos da una mirada más gratificante y alentadora al saber que se está trabajando por el bienestar de cada uno de los niños que son el futuro de nuestra generación.

Debilidades de la escuela nueva

Pero como lamentablemente no todo puede ser perfecto, encontramos que éste hermoso proyecto de Escuela Nueva a medida que se ha desarrollado ha venido presentado una serie de obstáculos y debilidades que en cierta forma atentan contra el buen desenvolvimiento de la misma. Todos los componentes y elementos descritos requieren mejoras. Una visita de estudio realizada en 1991 a Escuela Nueva en su propio terreno reveló la magnitud tanto de las fortalezas como de las debilidades .

Se observa así una insatisfacción del programa por el diseño de las guías, la capacitación docente, el gobierno escolar y la relación escuela comunidad. Se plantea que las guías requieren una revisión de fondo tanto en sus contenidos como en su didáctica ya que en la mayoría de las ocasiones las actividades se presentan desfasadas del contexto social en que se desarrollan los niños no respondiendo a las exigencias de su localidad.

Por otro lado la capacitación docente presenta problemas tanto de cobertura como de calidad, los maestros no sean apropiado de su labor y continúan en cierta forma desarrollando metodologías tradicionales que reproducen la vieja pedagogía bancaria, en muchos de los casos los programas se toman de lo que el docente desee dictar más no de las necesidades de cada estudiante.

Otro aspecto negativo es la falta de interés que manifiesta el Ministerio de Educación en relación con el desarrollo de éste programa ya que todo se queda en el papel, falta mayor coordinación y apoyo gubernamental para la restructuración de las políticas de la Escuela Nueva, el clientelismo y la politiquería desplazan los recursos que son destinados para estos proyectos, la fragilidad y la falta de legitimación institucional a nivel de las organizaciones estatales constituyen un factor debilitante de la capacidad de fortalecimiento y expansión del programa.
Sumado a esto encontramos que nuestra educación está siendo afectada radicalmente por todos estos modelos globalizados, la pérdida de valores y el sentido de fraternidad ocupan hoy en día un segundo plano. La civilización nos ha enceguecido con las mismas luces que nos ha traído, incidiendo esto terriblemente en el proyecto de hombre que desde un comienzo Don Agustín Nieto Caballero nos quiso dejar.

Ante este panorama es necesario analizar la situación por la que atraviesa nuestra educación actual, ya que de nada sirve conocer, indagar e implementar los mejores modelos pedagógicos, si no tenemos una visión diferente y clara del proceso de educar, sino nos apropiamos de nuestra labor educativa. Debemos reflexionar ante todo de nuestro papel como educadores con el fin de contribuir así a la formación de personas integras para el sano crecimiento de nuestro país.

Qué bueno sería que hoy en esta sociedad tan deteriorada como la encontramos, volvieran a florecer con toda la seriedad esos ideales tan maravillosos con los que se atesoro la Escuela Nueva desde sus inicios, volvieran a removerse en cada uno de los maestros ese sentido de compromiso y amor por la enseñanza, por los niños, que encontráramos en cada una de las aulas maestros con el ahínco y dedicación de Don Agustín Nieto Caballero, que todos lucháramos por formar en los hombres sus máximas capacidades físicas, intelectuales y morales dentro de un ambiente de amor, paz y mucha alegría.

domingo, 12 de octubre de 2008

¿Qué nos está pasando?

Esta es la cruel realidad que viven muchos de nuestros niños